Okko, el ronin sin señor, recorre las tierras del Imperio de Pajan encabezando un pequeño grupo de cazadores de demonios formado por Noburo, un singular gigante que esconde su identidad tras una máscara roja; el monje Noshin, un bonzo lunático gran amante del sake y capaz de comunicarse con las fuerzas de la naturaleza; y Tikku, un niño pescador al que Noshin educa en los misterios de su arte.
En este volumen, la hija de la dama Mayudama no pronuncia ni una sola palabra y ningún médico del imperio ha sabido diagnosticar su enfermedad. El último recurso para sanarla es Okko, pero el ronin también deberá hacer frente a dos fantasmas salidos directamente de su pasado para acabar con él.